viernes, 24 de octubre de 2014

Trámites a seguir tras el nacimiento de un hij@.. (Por Cristina Hernández Canossa de Info Iure)




 Esta pregunta suele ser muy recurrente en los padres primerizos. Ya pasó el momento del parto y tenemos a nuestro bebe en casa pero aquí no termina todo: es el comienzo de una serie de papeleo interminable y pesado que es necesario hacer para que el recién nacido exista a los ojos del Estado, por eso desde LA VIDA ENTRE BIBERONES en colaboración con la Asesoría Jurídica INFO IURE, escribimos este Post que esperamos sea una guía sencilla para todos los novatos:

  1. Primero de todo aseguraros de tener siempre a mano fotocopias de vuestros DNI ( padre y madre) y del libro de familia, os lo pedirán en todos los sitios y llevar siempre también los originales para que os compulsen las copias.
  2. Una vez que hayáis dado a Luz el Hospital os entregará una serie de documentación como es el Informe de Maternidad , un boletín que tendréis que rellenar para el INE ( Instituto Nacional de Estadística) y el Informe de Alta Médica. Es el propio hospital el que os dará rellenados los datos del parto, hora, médico que os atendió y demás pero el resto de los datos tendréis que rellenarlo antes de ir al Registro Civil.
  3. Pasadas 24 horas desde el Nacimiento y siempre antes de 8 días tendréis que acudir al Registro Civil del lugar de residencia del niño. Si estáis casados puede ir cualquiera de los padres, sino siempre es necesario que acudan ambos. Para este trámite tendréis que llevar toda la documentación que os dieron en el Hospital, vuestro Libro de Familia ( si no estáis casados os lo hacen en ese mismo momento) y los DNI de ambos . Si vais a querer solicitar el DNI del niño pedir un certificado literal de nacimiento, este documento tiene una validez de seis meses y es lo que tendréis que llevar a la Policía para solicitarlo
  4. Una vez inscrito en el Registro si la madre trabaja es el momento de pedir la baja por maternidad para lo que tendréis que llevar la documentación a vuestro médico de cabecera habitual en el Centro de Atención Primaria. El médico realizará un  informe de maternidad, en el que debe figurar la fecha del parto. Si la embarazada se encontraba de baja en el momento del parto, el médico os dará también el parte de alta médica por inicio de la situación de maternidad. Teniendo el plazo de siete días para presentar este informe en la empresa.
  5. Si los padres trabajáis os quedan más papeles todavía: es necesario solicitar a vuestra empresa los correspondientes permisos ( no si sois autónomos/as) . En el caso de la madre tendréis hasta 16 semanas cubiertas por Seguridad Social mientras que el padre tendría 13 días, ampliable a 2 días más por hijo en el caso de parto, adopción o acogimiento múltiple. Y 20 días para familias numerosas o hijo/a con discapacidad mayor 33%, que se ampliarán 2 días más por hijo en caso de parto, adopción o acogimiento múltiple. . Es necesario que llevéis el Libro de Familia actualizado, los DNIS y la baja del médico de cabecera. Si estáis cobrando el paro y no trabajáis este mismo trámite hay que realizarlo en la oficina del SEPE donde estéis adscritos.
  6. Antes era necesario ir al Ayuntamiento para que el recién nacido se empadrone: acudiendo a la Oficina del Censo de nuestra ciudad con el Libro de Familia y los DNI de los padres para que os emitieran el certificado de empadronamiento del niño, que tendría una validez de tres meses y es necesario para ir a Seguridad Social. Sin embargo actualmente este paso lo tramita de oficio el registros civil con los papeles de INE.
  7. Siiiiii…. Aún quedan cosas: en Seguridad Social tenemos que solicitar la Tarjeta Sanitaria del niño y las prestaciones de ambos padres :
      -Para las prestaciones de maternidad y paternidad necesitamos : los DNI, libro de familia, las bajas del médico de cabecera, si los padres son  asalariados los certificados de la empresa o si son autónomos los últimos tres recibos del pago de autónomos , el impreso de la solicitud correspondiente que os dan allí y el modelo 145 que también os lo dan o bien lo podéis descargar de la web de la Seguridad Social.
    -Para dar de alta al bebe: necesitamos el libro de Familia, la cartilla de la Seguridad Social de la persona de la cual vaya a ser beneficiario el hijo/a  , la tarjeta sanitaria de la madre y el impreso de afiliación del Bebe  ¡ OJO: os recordamos que ya es imprescindible pedir cita previa ¡ os dejamos el enlace de Internet http://www.seg-social.es/Internet_1/index.htm y seleccionar cita previa.
  8. Una vez tenemos toda la documentación de la Seguridad Social volvemos al Centro de Salud para que nos asignen pediatra presentando todos los papeles que ya tenemos y el  impreso de solicitud de tarjeta sanitaria del bebe ( nos dan allí el formulario)
  9. Nos queda ir a HACIENDA: existe una deducción importante que muchas madres no la piden porque desconocen la existencia que es una ayuda mensual de 100 euros al mes que reciben hasta que el niño cumple tres años- es decir 1200 euros al año,  que se llama · deducción por madre trabajadora" que también es aplicable a las madres autónomas. Para solicitarlo es necesario presentar el modelo 140 de Hacienda desde el mismo momento en que tengáis derecho al abono de la misma. Os dejamos un enlace donde os explica plazos, manera de presentarlo, el formulario… http://www.agenciatributaria.es/AEAT.internet/Inicio_es_ES/_Segmentos_/Ciudadanos/Minimos__reducciones_y_deducciones_en_el_IRPF/Deduccion_por_maternidad/Formas_de_presentacion_del_modelo_140.shtml
  10. Por último os recomendamos que consultéis en vuestro Ayuntamiento puesto que son muchos los entes locales los que dan una ayuda de Nacimiento a familias con pocos recursos .

  • Como ejemplo en Salamanca en esta página http://www.oager.com/  os dan la información necesaria ya que el Ayuntamiento da 300 euros por hijo. 


En Principio todos estos son los pasos mínimos que los nuevos padres tendréis que seguir para dar de Alta a vuestro nuevo Hijo, esperamos que os sirva de ayuda y para cualquier consulta no dudéis en comentarnos


Cristina Hernández Canossa
Letrada ICASAL 3098 INFO IURE
c/ Primero de Mayo 8 1º b de Salamanca

miércoles, 22 de octubre de 2014

¡Nace el primer bebé engendrado tras un trasplante de útero!

Este Otoño trae buenas noticias para todas aquellas mujeres que no han podido alcanzar el sueño de la maternidad por problemas de útero, bien porque nacieron sin el, su desarrollo no fue óptimo, o porque un cáncer hizo que lo dejaran en el camino. Por primera vez un trasplante de útero de un donante vivo ha permitido engendrar a un bebé, y una mujer sueca se ha podido convertir en madre a sus 35 años.
Fuente la vida entre biberones
"El bebé vino al mundo por cesárea y tanto la madre como el niño están bien" Según fuentes de la Universidad de Gotemburgo (Suecia)
La mujer de 35 años había nacido sin útero por un problema congénito, y recibió el trasplante de otra mujer de 61 años que pertenece a su entorno sin embargo no guarda parentesco, y que como "plus" había pasado la menopausia hacia nueve años. Un año después se le practica un FIV de un único embrión que ha dado como resultado a un bebé nacido a las 32 semanas de gestación y con un peso de 1,8 kg ¡Un milagro!, el mejor premio y reconocimiento para la ciencia.
Sin lugar a duda, como mujer, madre y española me enorgullece saber que uno de los miembros de este equipo de ginecología es español, Cesar Diaz del Hospital La Fe de Valencia, que ha participado del estudio que lleva a cabo la Universidad sueca por el cual trasplantaron nueve úteros de los cuales sólo dos han tenido que retirar por problemas.Unos años antes ya se habían realizado en el mundo un par de trasplantes de este tipo cuyo resultado no fue el esperado y hubo que retirarlos.
¡Cómo avanza la ciencia!
Mi enhorabuena para la madre que disfruta ya de su bebé después de una batalla dura, para el equipo que ha conseguido este gran avance, y para todas las mujeres que abren una ventana a la esperanza, al sueño de ser madres.

lunes, 20 de octubre de 2014

Quién lo hubiese dicho hace unos años... (Por Fermín Trujillo)

Desde hace varios meses, cuando mi mujer inició este proyecto y empezó a contar sus vivencias como madre junto a nuestras hijas, me pidió que escribiese algo, que aportase mi granito de arena y contase desde mi punto de vista la experiencia de la paternidad. Lo cierto es que he dado muchas vueltas al tema y he ido dejando este asunto apartado, unas veces por pereza y otras por no saber muy bien de qué hablar.  Después de pensar, he decidido (puesto que ella cuenta nuestro día a día) hablar sobre lo que me ha cambiado la vida, y no me refiero a la falta de descanso, a estar todo el día cambiando pañales o dando biberones, sino  como la paternidad me ha hecho cambiar de opinión e incluso de aficiones.
Los que me conocen, saben que me encanta la caza, la pesca y todo lo que tiene que ver con el campo. Si me hubiesen preguntado hace unos años cómo me veía pasando el tiempo con mis hij@s, hubiese contestado que me imaginaba de montería o pescando juntos en la orilla de un pantano como tantas veces he estado yo con mi padre, jugando al fútbol en el parque o echando una partida a las canicas (si es que todavía se sigue jugando a esto....). Sin embargo, cuando llego a casa, Inés (y Marta imagino que un poco tiempo igual) me está esperando para que la ayude a hacer una tarta con su cesta de Peppa Pig, cambiar mil veces los dos mismos pijamas a una muñeca, intentando explicarla que los pantalones de un muñeco no se pueden poner en otro que es 5 veces más grande por mucho que se empeñe, o para cerrar una y otra vez la puerta del horno de su cocina. Dejando a un lado si son juegos de niños o de niñas, lo cierto es que son los juegos que a ella le gustan y  en este momento de mi vida ni me imagino jugando ni quiero jugar a otra cosa, lo único que quiero es pasar tiempo con mis hijas sin importarme lo más mínimo a qué lo dedicamos.

Quién lo hubiese dicho hace unos años....

Fermín Trujillo

domingo, 19 de octubre de 2014

Estimulación temprana: los niños de Pedro


Hoy voy a hablaros de lo que supuso para mí y mi hijo, haber asistido a las clases de “estimulación temprana” que impartía e imparte el fisioterapeuta Pedro Martín en el Centro de Salud Manuel Encinas de Cáceres.

Fue estando embarazada, durante las clases de preparación al parto, cuando escuché hablar por primera vez de estas sesiones. La matrona nos recomendó que asistiéramos nada más nacer nuestros pequeños, nos explicó lo buen profesional que era Pedro y nos indicó que de los centros de salud de Cáceres, sólo se impartía en el arriba mencionado. En aquellos momentos me pareció buena idea y mi vecina y yo hablamos de la posibilidad de ir juntas cuando nacieran nuestros bebés. Claro que ni nos imaginábamos lo que iba a salir de ahí.

Acabado el verano y con un Emilio prematuro en brazos, nos informamos de dónde, cuándo y cómo asistir a las clases de Pedro. Las sesiones empezaban a las 10 de la mañana, 4 días a la semana, 3 de ellos para realizar ejercicios de estimulación temprana con los bebés y el cuarto para aprender a hacerles masajes de relajación. Tan sólo había que llegar a la hora debida el primer día, coger sitio y llevar la tarjeta de la Seguridad Social del pequeño en cuestión (que por entonces aún es un papelito impreso… ). El curso terminaba más o menos cuando cada bebé cumpliera los 4 meses de edad.

El día indicado, mi vecina María y yo nos dispusimos a llevar a Emilio y a Jara a su primera clase. A penas llegaban al mes de vida ninguno de los dos. Cuando llegamos al centro de salud nos encontramos con una sala de fisioterapia llena de mamás, bebés y… carritos. Carritos que hubo que sortear como buenamente pudimos, gracias a que nosotras íbamos portando a nuestros bebés (que buen uso le di a la mochila esos meses). Había bastantes camillas en la sala, pero en cada una de ellas debíamos estar un máximo de 5 mamás, ya que si no, los peques no tendrían espacio suficiente para realizar los ejercicios. El primer día fue un descontrol. Había demasiadas madres, los acompañantes no querían salir de la sala, los bebés más mayores no paraban de llorar y a penas podíamos enterarnos de cómo se realizaba cada ejercicio… hasta que Pedro puso orden. Gracias, Pedro, por ese maestro que llevas dentro.

Tengo varios recuerdos de ese primer día. Que conseguimos sentarnos casi en la última camilla de la sala. Que la compartimos mi vecina y yo con la mamá de Martina, conocida suya y razón por la que allí nos sentamos. Que tenía a tres mamás enfrente y a una al lado. Que Emilio tenía a un lado a Camelia, preciosa y rosadita, y a otro a Martina, con su pelazo negro. A continuación se colocó Jara. Y a mi otro lado, incapaz de quedarse tumbado por el hambre que tenía, estaba Álvaro con su madre, dándole el biberón que no había podido tomar en la última toma. Recuerdo que Pedro la regañó y anunció en voz alta para que todas lo tuviéramos presentes desde el principio: “La última toma del bebé será al menos una hora antes de venir aquí, porque si no, el bebé se revuelve y echa la leche y echa todo. Cuando acabemos la clase, las mamás que den el pecho podrán hacerlo en un espacio que habilitamos al otro lado de la sala. El niño o niña tiene que venir comido, no se le puede dar su toma en mitad de los ejercicios. ¿De acuerdo?” Más o menos fue lo que vino a decir. Parecíamos alumnas de instituto agachando la cabeza y cuchicheando entre dientes. Y él nuestro profesor, severo y exigente. Pero es que Pedro realmente era nuestro profesor. Era el que nos enseñaría cómo estimular los músculos del cuerpecito de nuestros hijos ahora que estaban fuera del vientre, cómo relajarles para prepararles para el sueño, cómo calmarles la desazón cuando lloran, cómo despejar su pecho de moquitos; aprenderíamos cómo distinguir si tienen la barriguita llena, si tienen gases, cómo ayudarles a echarlos, cómo manejarlos para que se les quite el estreñimiento, para que no les duela su pancita… Nos descubrió que no hay que tener miedo al coger y mover a nuestro hijo, sólo hay que tener seguridad, sólo hay que fiarse de uno mismo. Nos enseñó cómo tener confianza en nosotras para cuidar a un recién nacido. A nuestro hijo.

Los ejercicios siempre seguían el mismo orden. A los bebés había que darles rutinas que seguir para predecir lo que viene en cada momento y eso les dé seguridad. Esta era una de esas rutinas. Empezábamos por las piernas y los piececitos, después los brazos, la espalda y el cuello, siempre piel con piel. Tras ello teníamos el rulo, que lo usábamos por parejas, y, para los mayores, la cuña, a partir de los 3 meses. Cuña por la que tenían que subir escalando con la ayuda de Pedro. Era el momento en que las mamás animaban, cual hinchas de fútbol, a cada bebé que se subía a aquella colchoneta piramidal. Era la prueba final en el proceso de estimulación muscular, era el premio para todas nosotras cuando veíamos la carita del pequeño asomar por encima de la cuña, la satisfacción de verle avanzar.

Los viernes tocaba masajes de relajación. La sala se llenaba de lámparas de calor y de bebés en pañal a los que embadurnábamos de aceite o de crema mientras seguíamos las instrucciones del fisioterapeuta, recorriendo todo el cuerpecito de nuestros hijos. La mayoría terminaba dormidito. Si tenías suerte y te tocaba un grupo de bebés no muy llorones, Pedro invitaba alguna vez a las chicas del centro de Musicoterapia de Cáceres, a cantar nanas… Los peques caían en el sueño como con un conjuro precioso.

Después de cada sesión, llegaba la hora de vestir a los bebés y darles la toma de las 12 a aquellos que ya tuvieran hambre. Al final de la sala, tras unos biombos, montábamos nuestra sala de lactancia, compartíamos dudas y anécdotas, preparábamos la “graduación” cuando se acercaba el final de cada tanda de peque-alumnos. Fue allí donde comenzó a fraguarse un grupo de amigas, el grupo más grande de amigas que nunca he tenido. Un grupo de mamás que se ha estado apoyando durante todo este año en la lactancia y en la no lactancia; en los catarros, en las otitis y en las fiebres; en las noches en vela; en la introducción de alimentos, en las horas de sueño, en la elección de cualquier producto, en la búsqueda de las mejores ofertas; en los momentos de bajón, de estrés, de agotamiento; escuchando, haciéndonos reír, queriendo a cada uno de los bebés que comparte primeros juegos, primeras riñas, con sus hijos. Las mamás flores de unas pequeñas abejas que ganaron el concurso infantil de disfraces en los Carnavales de Cáceres. Las mamás que han conseguido tener un regalito especial para cada niño y cada niña en su primer cumpleaños. A todas ellas, a todos esos bebés y, por supuesto, a Pedro y a su desinteresada y efectiva labor, va dedicado este artículo. Mil gracias, Pedro. Mil gracias, chicas.